Municipio pacense situado en la zona sudoccidental de la Sierra Sur, entre tupidas dehesas.
Tradicionalmente Jerez se ha distinguido por la producción y calidad de porcino ibérico. Es el centro del Jamón de Pata Negra.
Pero Jerez cuenta también con abundantes restos arqueológicos:
- el núcleo fenicio de Seria.
- La fama lulia romana.
- Un núcleo visigodo.
- Población árabe de Xerixa.
- Numerosos dólmenes y tumbas antropomorfas.
El núcleo fue poblado y pacificado en época cristiana por la Orden del Temple. Cuando los Templarios se disolvieron, Jerez pasó por una serie de vicisitudes, hasta pertenecer finalmente a la Orden de Santiago, igualándose en importancia a Llerena, y recibiendo el título de ciudad concedido por Carlos I.
En cuanto a su riqueza monumental, es Conjunto Histórico Artístico, declarado así en 1966, inigualable en el sur extremeño.
Jerez es pintoresco en el estilo de sus calles angostas y de grandes pendientes y sobre todo en sus monumentos, que son numerosos y bellísimos: conventos, ermitas, fuentes, palacios, etc, pero sobre todo por su conjunto de Torres Barrocas, son quienes les dan fama a Jerez. Construidas con ladrillo, yeso y barros vidriados. Son tres: la Torre de San Miguel, la de Sta. Catalina y la de San Bartolomé.
Jerez fue también cuna de algunos personajes famosos, que intervinieron en el descubrimiento de América, como Vasco Núñez de Balboa, descubridor del Océano Pacífico, Hernando de Soto o Diego de Albitez, conquistadores de la Florida.
Jerez está formado por dos colinas, una en la que se encuentra el Castillo y la Iglesia de Sta. María de la Encarnación y otra en la se encuentra la Iglesia de San Bartolomé.
Entre una zona y otra está la ciudad medieval cercada por una muralla de la época. Esta muralla cuenta con numerosas torres y puertas, como la Puerta de Burgo y la de San Antoñito que aún se conservan.
La Iglesia de Sta. Catalina se construyó posteriormente y extramuros.
Jerez es también famoso por su Semana Santa, declarada fiesta de interés turístico regional de Extremadura. Durante este tiempo los días, las noches y las madrugadas se llenan a rebosar de visitantes atraídos por la popular devoción de estas fiestas. Resuenan en sus empinadas calles de casas blancas los tambores, las cornetas y las gargantas de los cantaores y cantaoras de saetas.
La Iglesia de San Miguel destaca sobre todo por su afiligranada Torre Barroca, majestuosa y de espectacular belleza, construida entre 1749 y 1760, con una altura de más de sesenta metros.
La Torre de la Iglesia de Sta. Catalina, es de 1762, y está formada por cuatro cuerpos, totalmente proporcionados, de estilo neoclásico. |